viernes, 16 de noviembre de 2007

lunes sombrío


Sonó el despertador.Marcaba las 7:45 aunque mi cuerpo se negara a creer que ya habia dormido ocho horas. Cerré los ojos en un intento por ignorar el agudo timbre de aquel espantoso aparato pero pronto mi conciencia social se encargó de darme la ultima bofetada necesaria. Me arrimé hacia el lado derecho de la cama, conté hasta tres y me senté despues de comprobar el frio que hacia fuera. Sin darme tiempo a más reflexiones retiré las sábanas y posé mis pies en el suelo. Aquella repentina sensación del gélido suelo bajo mis pies acabó por despertarme.
Encendí la luz de la lámpara y aún con los ojos cerrados ante el chorro de luz busqué a tientas mis zapatillas.Me agaché para buscarlas debajo de la cama hasta que mi nariz casi rozaba con los polvorientos pelos de la alfombra. Entonces, un olor raro llamó mi atención; era un olor raro, desagradable. Palpé la alfombra ya que aún mi visión no era nítida aunque el resto de mis sentidos ya habían despertado. Sentí algo extraño. Llegó a mis manos una sensación de humedad, de una humedad cálida, reciente...Fui al baño desistiendo así de encontrar las zapatillas, con el propósito de lavarme la cara y subir la persiana. Pronto la oscuridad contenida entre las cuatro paredes de mi habitación fue invadida por el frio sol de la madrugada. Fui entonces a comprobar lo que le había pasado en la alfombra cuando, al acercarme, descubrí horrorizado una inconfundible mancha de sangre....Era una mancha grande, que por su olor y aspecto deduje que sería reciente. Me asusté, me asusté mucho, me palpé la cara, los brazós, me miré las piernas y nada parecía delatar el origen de esa sangre. Me acerqué a un espejo para cerciorarme de ello, y todo era normal salvo mi gesto de espanto. No sin horror, admití que si la sangre no era mia.....¿de quién o de dónde procedía?....Aquello era muy extraño, sobretodo porque vivía solo, y no había otro ser que lo habitara.....Era sangre, no había duda; un charco de sangre...
Me dirijí hacia la entrada, absorto por mis pensamientos y mis miedos...Mis pensamientos abarrotaban mi mente de manera frenética y obsesiva. Tuve que desabrocharme la camisa del pijama que, empapada de sudor, me molestaba...Mi pelo estaba húmedo y gotas de sudor recorrian mi rostro hasta desvanecerse por mi cuello. Me daba con las esquinas, caminaba con la mirada fija en la puerta de entrada. Poco antes de llegar, pensé que quizás debería haber cogido un cuchillo de la cocina pero ya era tarde.....Me acerqué poco a poco hasta la puerta: mi corazón palpitaba de forma compulsiva...Pronto comprobé que la puerta estaba perfectamente cerrada y las llaves puestas en la cerradura tal como tenía por costumbre. No vi nada extraño, nada...
Se me ocurrió llamar a la policía pero ¿qué les decía?, ¿cual era la denuncia?. Entré en todas las habitaciones comprobando que todo estaba tal y como lo dejé la noche anterior aunque confieso que casi hubiera preferido descubrir algo que aclarase mis ideas...Mi mente se bloqueó, no sabía ya qué pensar, quizás solo era un sueño, o una pesadilla...Entré al baño y me dispuse a ducharme. Abrí el grifo y pronto el vapor de agua cubrió los espejos. Me quité el pijama que estaba totalmente empapado, el sudor corria por mis sienes ......pero salvo eso....nada anormal; ni una herida, ningún rasguño, ni siquiera restos de sangré en mis uñas que delataran algo. Sentí el agua correr por mi cabeza y me relajé, pensé que todo sería una pasadilla y que al salir todo sería normal....
Pronto algo llamó mi atención al punto de acerme perder casi el equilibrio...Vi como un remolino de sangre mezclada con agua, se apresuraba a salir por el desagüe de la ducha..Me asusté mucho, aquello era real y cada vez me obsesionaba más, miré instintivamente al techo que seguía igual de blanco que ayer...Me desesperé...¡Me estaba volviendo loco!
Me arreglé y me vestí, no sé muy bien de qué modo, pero pensé que, a pesar de todo, en el trabajo me esperaban como cada día. Estaba deseando abandonar mi casa, alejarme, distraerme y descubrir, al final del día, que todo fue una alucinación. Fui a la cocina a prepararme un café bebido cuando horrorizado comprobé que el cajón de los cubiertos había un cuchillo ensangrentado....¡Dio mio! ¿qué había hecho?....Me sentí mál, me sentí culpable. Cogí el cuchillo y lo puse bajo el grifo con la intención de borrar cualquier huella que me inculpara...¡Culpable! pero....¿de qué?...Empecé a reprocharme mi falta de moral. ¡Asesino!. Depués, fui al dormitorio y cogí la alfombra con intención de hacerla desaparecer....Había visto muchas películas pero mi mente abotargada no lograba pensar con claridad... Si la tiraba en cualquier contenedor, al final la descubrirían...Decidí quemarla así que la extendí en la bañera y rociandola con media botella de Johni Walker y alcohol etílico, la prendí. Dio un gran fogonazo que por un momento me asustó, pero con el grifo en la otra mano, lo fui reduciendo y vi que ya estaban borradas todas la huellas. Una fuerte humareda comenzó a hacerme perder la consciencia, me tuve que sentar ante el inminente mareo a la vez que abrí la ventana....El techo, ennegrecido por el humo delataba que algo raro había pasado pero...ya no había huellas, nadie me descubriría.....Saqué los restos que de la alfombra quedaba y los guardé en una bolsa. Me dispuse a salir. Me miré al espejo. Tenía cara de loco, exaltado, de nuevo sudoroso.....Me peiné intentando normalizar mi imagen y me dispuse a salir a la calle. Bajé en el ascensor para que nadie me viera y anduve por la calle a paso rápido...No se veía a nadie alrededor, me sentí solo, observado por todo el mundo que imaginaba apostado en sus ventanas ocultandose tras las cortinas. Aceleré el paso, casi corrí, miraba obsesivamente a todos los lados, un barrendero, a lo lejos, me parecíó que espiaba mis movimientos...No podía andar más tiempo con la bolsa pues resultaba sospechoso asi que la dejé en un contenedor y corrí en la dirección opuesta por esas calles solitarias... Mis pasos retumbaban como si quisieran despertar al mundo... Nada más alejado de mi intención que lo único que quería era retomar la normalidad de un lunes más y, si acaso, esperar a que la policía me detuviera. Volví a casa a pesar de querer ir a trabajar, en busca de las llaves del coche, subí por las escaleras, apenas sin hacer ruido cuando descubrí horrorizado que el rellano del piso estaba manchado de gotas dde sangre....Me estaba volviendo loco.... Corrí a casa y cogí una fregona con la mayor rapidez de la que fui capaz...Lo limpié aunque me esforcé en no hacer ruido ya que con el silencio que reinaba a aquellas horas, sería fácil que algún vecino de percatara de mis labores y entonces.... me delataría...
Al terminar, entré en casa, cogí una maleta y la llené con lo primero que encontré al abrir el armario, No sabía a dónde iba, siquiera lo que iba a hacer en el siguiente minuto..S olo sabía que tenía que huir, huir, huir. Cogí el coche, y me dirigí por las calles sin rumbo fijo, aprovechando la soledad de las calles para acelerar....Cogí un cigarrillo que aspiré con nerviosismo. Miraba al frente, la mirada fija en el frente y miles de pensamientos cruzándose por mi mente y voces que exclamaban “!culpable¡”, “asesino”, “asesino”, “asesino”....Parecía que, como si el volante lo dirigiera otro, fui a dar a una comisaría. Me encontraba a media hora de mi casa, en oto distrito diferente al mío en el cual jamás había estado. Dejé el coche y me dirigí a ella. El frio de la mañana, de repente se tornó a calor; un calor sofocante recorría mi cuerpo. Noté, al momento como una gota de sudor recorría mis sienes, hubiera jurado que a esas horas de la mañana era victima de una intensa fiebre. Ignoraba cómo se hacía aquello y quizás influido por las películas, me acerqué a uno de los agentes y le dije “deténgame, yo soy el asesino”. Me miró extrañado y cogiendo me del brazo me llevó a una sala. Ya estaba hecho, ahora tendría que cumplir mi castigo, hasta sus ultimas consecuencias. No puse ninguna resistencia; solo estaba siendo consecuente con mis actos y pagando a la sociedad mis malas acciones. Sentí debilidad en mis piernas lo que me obligó a sentarme, empecé, por momentos a ver borroso, mi pelo estaba empapado en sudor....sudor y....sangre!...Dios mío, me estaba volviendo loco! Me arranqué la camisa como pude, y grité, grité de rabia, de locura, de fiebre... Pronto entraron en la sala dos agentes escandalizados ante mi actitud. Me tomaron por las axilas y casi en volandas me llevaron por unos pasillos....Era mi final; lo sabía...El silencio me embargaba, acudía sumiso hacia mi destino. Solo la muerte me esperaba...me llevaron a una sala oscura, pequeña y con un extraño ambiente desolador, me sentaron en una silla y me conectaron unos cables ....Era mi castigo... Una luz incidía de forma acusadora sobra mi cabeza. Cerré los ojos, el calor, el sudor inundaba mi últimos momentos. Solo pude elevar la cabeza y lanzar un “lo siento” al Cielo, o la vida o la sociedad, o... o a mi victima a la que pronto vería...La máquina se puso en funcionamiento, los latidos de mi corazón hacían de redoble, una extraña sensación recorría mi cuerpo, un sueño mortecino...En frente; mi pelotón de fusilamiento reía a carcajadas, haciendo mofa de mi situación, Sus risotadas hacían eco en mi cabeza...”Carguen!...aputen!........
Sonó el despertador, eran las 745 de la mañana. Cerré los ojos queriendo ignorar su espantoso sonido pero pronto mi conciencia de trabajador terminó por despertarme y afrontar otro día más. Otro día más

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Lola...he aterrizado por aqui y me ha gustado mmucho la historia...me has tenido intrigada hasta el final.....qué angustia....vendré por aqui,,,chao

Lola dijo...

gracias Circe, soy nueva en esto así que agradezco tu visita...Gracias!!

Carlota dijo...

uf, qué angustia y al final, grrr.. un sueño!!! pero qué bien hecho. Un beso alucinado.

Lola dijo...

y bueeeeno....quieén sabé si pudo pasar...es un juego dondé el inconsciente, sabés, va más allá de la realidad ...en fin...mi psicoalalista lo esplicá mejor...Gracias ché