viernes, 4 de abril de 2008

entre cuatro paredes



Cada día desde estas cuatro paredes te invocó como si el simple hecho de hacerlo me acercara a ti. Luego me doy cuenta de que son simples ilusiones; que todo sigue igual y mi corazón se estremece por sentirse solo y abandonado.

Ya no sé qué el sol, el cielo, la luna.; todo eso no son más que recuerdos que en las noches largas vienen a mi mente: atormentándome y recordándome lo bello que es vivir.

No sé qué es lo bonito, lo feo, la luz, la felicidad: ¿quizás olvidarse de la realidad?. El amor. Yo no sé qué es el amor: ¿quizás apreciar cada uno de los ladrillos que se alzan ante mí y que me impiden vivir? O ¿pensar cada día en ti, como sueño inalcanzable?. ¿es el amor tan interesado?. Ya no me acuerdo.

Me hablan de esperanzas y yo respondo: "utopía"; me hablan de ti y yo me echó a reír. Me hablan de justicia y preguntó su verdadero significado. Me hablan de Dios y recuerdo cada día que he pasado entre estas cuatro paredes.

Quizás éste sea mi castigo por querer dominará la vida incluso burlarme de ella... No lo sé. Sólo sé que una tremenda angustia invade mi mente y mi corazón y me recuerda lo miserable que soy y lo poco que me queda en esta vida cuando me faltas tú.

Sólo soy un arrepentido que busca su felicidad, harto ya de haber sufrido las consecuencias de mi traición. No puedo vivir más tiempo lejos de ti, me siento como un pájaro enjaulado en barrotes de oro que no es pájaro sino extiende sus alas rasgando el viento.

Mi alma llora cada día por tu ausencia ya que como bien sabes el único sentimiento vivo en mi corazón es mi admiración por ti. Sólo eso acompaña mi soledad.

Aquí, donde el horizonte del mar no se ve, donde el viento ya no tiene voz, donde el sol tiene miedo a extender sus brazos, donde la única vida que está en nuestro interior, donde la felicidad se confunde con lo placentero, la realidad con la ilusión y la vida con un mal sueño. Donde sólo hay llanto y dolor y donde tu única arma es una respuesta de odio, rabia, rencor, transcurren mis días.

Sólo quiero ver la luz del sol, disfrutar sin temer morir, despertar en un mundo en paz donde todos somos libres e iguales. Gritar tu nombre, volver a ser hombre.

Hasta entonces, como cada noche, yo sigo esperándote y escribiéndote mis últimos pensamientos y anhelos, quizás común miedo oculto a no estar al día siguiente para contarlo.

Pues como ya sabes, cuando se carece de cosas tan necesarias puedes acabar trucando tu camino y escribiendo tú mismo la palabra "fin" en tu vida. Espero que aunque cada noche el miedo se avive en mi corazón como una hoguera, me quede algo de voluntad para no rendirme todavía.
Quisiera decirte cómo cada día: "hasta mañana", también para yo mismo ilusionarme, pero esta noche es diferente. Estoy hundido, cansado de buscar motivos, de disculpar tu ausencia, de pasar noches en vela esperándote, de tener falsas noticias tuyas. Quizás yo mismo me condene, pero ya lo hice una vez y ahora estoy sufriendo las consecuencias. Creo que no volveré a ver la luz del sol natural, y a respirar la vida, ni oler la felicidad. Creo que voy a escribir esta noche la última palabra de esta "historia": adiós.